martes, 14 de abril de 2009

Record sexual en una cama redonda!!!

Acerca de las camas redondas, el sexo, el levante, la seducción y un pino:

Cuando yo era pequeño mis padres no me dejaban ver 'Yo, Claudio'. A mí, tal decisión me sentaba como un tiro porque lo romano, ya a tan tierna edad, me atraía poderosamente.
Sin embargo, se daba la circunstancia que mis padres respetaban y seguían a pies juntillas (más por buena fe que por mojigatería) la clasificación por rombos con la que los responsables de la tele de aquel entonces protegían a la infancia de determinadas imágenes chocantes. En cuanto aparecían los malditos dos rombos, a la cama. Afortunadamente, la infravivienda de 35 metros cuadrados en la que nos apiñábamos mis padres, mi abuela, mi hermano, dos periquitos, un canario, un perro y yo, permitía que desde la puerta entreabierta de mi habitación yo pudiera seguir las cuitas del tartamudo emperador romano y su licenciosa esposa sin excesivo esfuerzo visual.


Ni qué decir tiene que la mítica serie británica era de lo más inocente, pero recuerdo un episodio en que la emperatriz Mesalina participaba en un curioso reto con una prostituta siciliana llamada Escila: a ver quién conseguía acostarse con más hombres en una noche. Ganó Mesalina por 200 a 25. De hecho, cuenta la leyenda que Escila se retiró tras 25 coitos asegurando que su contrincante tenía 'las entrañas de acero'. Una historia ciertamente llamativa, sin duda, pero que seguramente nunca sucedió.


Para escribir la novela en que se basó la serie 'Yo, Claudio', Robert Graves se inspiró en muchos textos de historiadores y cronistas de la época romana imperial que, la verdad, no se caracterizaban por su ecuanimidad o rigor a la hora de explicar ciertas cosas. De hecho, su función solía ser meramente propagandística o claramente intoxicadora, situándose su labor historiográfica más cerca del 'Tomate' que de la Enciclopedia Británica. Mesalina seguro que tuvo sus amantes y sus líos, como buena romana que era; sin embargo, la imagen que nos ha llegado de ella como un monstruo de lascivia y una entusiasta fornicadora (por vicio, y gratis) es más que probable que sea simplemente un bulo o una manera directa y contundente de descalificar a alguien con mucho poder e inteligencia por su conducta sexual. Mira que ha llovido, pero en el fondo seguimos igual...


A pesar de lo dicho, la obsesión de muchas personas por convertir el sexo en una modalidad deportiva sigue funcionando a las mil maravillas. De vez en cuando, a lo largo y ancho del mundo, tenemos conocimiento de la existencia de certámenes o concursos muy peculiares. La fijación por los récords Guinness presente en todo tipo de manifestaciones humanas, ridículas y grotescas (comer perritos calientes, hacer paellas gigantes o arrastrar camiones con la boca), tiene también su reflejo en el mundo del sexo. La profusión de festivales eróticos por todas partes ha llevado a muchos organizadores, especialmente en el extranjero, a programar actividades paralelas o espectaculares finales de fiesta con 'gangbangs' masivos o combates sexuales, desarrollados bajo luz y taquígrafos, gracias a las nuevas tecnologías al alcance de las masas.

La nueva Mesalina, ésta sí de verdad, es una actriz porno norteamericana llamada Lisa Sparxx. En el año 2004, en el transcurso del festival Eroticon (celebrado en Polonia), tuvo relaciones sexuales con 919 hombres en UNA CAMA REDONDA! en tan solo un día, empleando un minuto y cincuenta y siete segundos con cada hombre. Vamos, puro circo. Como suele sucederme con otros tantos récords humanos, me pregunto por qué y para qué. Desde luego, es menos nocivo partir sandías con la cabeza o bailar durante 24 horas que consentir que más de 900 gañanes dejen muestras de su adn en tu cuerpo, pero bueno... La absurda competición se celebró en un lugar secreto de Varsovia (porque las autoridades municipales se opusieron a la celebración de tal 'evento') y en ella participaron, además de la ganadora, la polaca Marianna Rokita (anterior recordwoman de esto, con 759 coitos, pero en cama cuadrada) y una brasileña simplemente llamada Patricia, en la arena, claramente.


Lo relatado hasta aquí no pasaría de anecdótico (además de otras consideraciones morales, sanitarias o psicológicas) si no fuera porque la valoración del sexo como competición está a la orden del día, muchas veces en nuestra propia vida. Todos aquellos que se obsesionan por pesos, medidas, eyaculaciones, orgasmos o polvos cronometrados corren el peligro de quedar muy mal clasificados, si se me permite la expresión deportiva.


Los beneplácitos de tener una cama redonda...


Dandy Franchenna

No hay comentarios:

Publicar un comentario

estás tirado en el sofa o cojiendo en tu cama redonda, man?